miércoles, 11 de noviembre de 2009

MICRORRELATO.


... La casa estaba en silencio.
Un halo de luz entraba por los pequeños agujerillos de la persiana, creando en el espacio figuras geométricas que ornamentaban parte de la habitación.
La cara hundida sobre un enorme almohadón, cuando de repente suena una melodía alegre y ruidosa, que interrumpe el silencio infinito ...
En ese momento , automáticamente y como si de un robot programado se tratase, el cuerpo se voltea hacia el otro lado de la cama, dando la espalda al brillo del nuevo día e intentando dejar de oir esa "maravillosa" melodía que agresivamente interrumpe el más placentero sueño.
Minutos más tarde nos rendimos ...

¡ Es la hora de levantarse !

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